6. El Libro Blanco del Docente
Antes de hablar sobre el Libro Blanco, se debe de explicar qué es.
El Libro Blanco de la profesión docente y su entorno escolar es un estudio realizado por José Antonio Marina en 2015, a petición del Ministerio de Educación. La finalidad de esta publicación, junto con la sintetización y ordenación de propuestas, ayudar a la hora de tomar decisiones sobre un tema específico, la educación. Marina profundiza en los problemas de la educación española y de su sistema educativo. Redacta 20 propuestas educativas orientadas a elaborar un marco educativo nuevo, efectivo y viable, que no se conseguirá sin eliminar el interés político y pensar exclusivamente en los alumnos.
La propuesta más llamativa es la que más nos afecta como estudiantes del máster de educación, la número cuatro referida al personal docente, el papel en el centro y la formación.
El personal docente tiene un compromiso, el éxito educativo de los alumnos. Para conseguirlo se debe de trabajar de forma grupal y alcanzar un consenso. Los centros escolares deben de tener claro el proyecto educativo.
Los docentes son los protagonistas a la hora de educar, poseen los conocimientos. Para esto hay que reforzar la figura del director y su equipo, ya que son ellos quienes asumen responsabilidades extraordinarias, son quienes coordinan la actividad docente.
Los docentes deben ser fijos, es decir, optar a una plaza lo más breve posible para que así puedan desarrollar mejor la labor educadora al estar integrados en el centro y con un proyecto en común. Este aspecto es algo complicado de conseguir.
La formación del docente es continua, no finaliza cuando acaba sus estudios de grado y máster. Por poner un ejemplo, mi especialidad es la historia. El hallazgo de un documento, de un hueso, es decir, cualquier vestigio arqueológico puede cambiar todo aquello que he estudiado y estoy transmitiendo a los alumnos. Si no me formo, estaré transmitiendo conocimientos erróneos a mis alumnos.
A pesar de todo esto, Marina aprecia fallos.
El primero es que el equipo de dirección no define las plazas ofertadas, si esto ocurriera la oposición carecería de sentido y habría otros intereses a la hora de las contrataciones. Con la oposición se favorece la meritocracia.
El otro es la financiación económica. Hay una clara diferencia entre los centros públicos, concertados y privados. La idea es recortar la financiación de los concertados a favor de los públicos, ya que ahí no hay distintivos religiosos o adquisitivos.
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